Los cuadros son pintados por un taller de pintura especialista en cuadros de bicicletas.
Trabajo con un estudio de diseño gráfico donde el cliente aporta sus ideas o gustos y ellos realizan el diseño totalmente personalizado basado en sus preferencias.
La pintura es de primera calidad y con base al agua, lo que aporta sostenibilidad y unos acabados de detalles perfectos. En el momento de empezar el proceso de pintura se realizan varias “brain storming” elegir los colores ideales para el cuadro, para aportar la personalidad y el detalle que le dará ese aspecto y sentimiento único.