Oxia Ura

URA

El agua (URA en euskera) fluye con ligereza, deslizándose y penetrando por cualquier pequeño resquicio. Si intentamos atraparla con fuerza entre las manos, se nos escapa rápidamente; si nos relajamos y la acogemos con suavidad, podemos conservarla y sostenerla entre nuestras manos.

Su aparente fragilidad y ligereza en realidad es fortaleza, su goteo constante puede erosionar incluso la roca más dura.

La pureza del agua es auténtica, sincera, modesta y sublime. Por ser tan suave y delicada, no puede ser dañada ni destruida: cuando se calienta, se convierte en vapor y se eleva hacia la atmósfera para luego regresar como lluvia o humedad; cuando se contamina, con el tiempo se purifica.

Al beber pausadamente un vaso de agua en un momento de silencio y tranquilidad, podemos ser conscientes de las sensaciones que provoca el flujo del agua en nuestro interior.

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